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Hace una semana que nos enteramos del caso, pero el tema viene de bastante más atrás. Un padre remitió, el pasado noviembre, una carta a los Reyes Magos en el foro futbolcoruna.com pidiéndoles, como regalo, la carta de libertad del Unión Campestre de Montrove para su chaval, que quería ir a jugar al Obrero de Oleiros. El revuelo fue de tal calibre que los comentarios a la misma se prolongan hasta hoy. El Unión Campestre no se da por enterado del tema hasta esta misma madrugada; y por la mañana publica en la portada de su página de web su versión del tema. El padre se queja de que a él le dieron la posibilidad de renovar la ficha para la siguiente temporada al finalizar la pasada. Con él, otros dos padres firmaron la continuidad de sus hijos en el Unión Campestre. Otros 10 chavales ya tenían decidido que se marchaban junto con el entrenador. Cuando la espantada ya había comenzado, los padres de los tres chicos «renovados» se pusieron en contacto con el club para solicitar que no tramitasen sus renovaciones para la presente temporada. En el Club tienen serios problemas para completar la categoría de Alevín. No en vano, 10 benjamines se habían marchado; muchos de segundo año que éste pasarían a esa siguiente categoría. Al Unión Campestre no le queda más remedio que, si quiere tener equipo alevín, incluir a los tres «renovados» y tramitar sus fichas ante la Federación. Esos tres chico no pueden jugar en otro equipo que no sea el Unión Campestre de Motrove. El Club le echa la culpa al entrenador. Los padres de la «espantada» dicen que, la temporada pasada, el Unión Campestre se despreocupó totalmente de esa categoría de Fútbol Base. Uno de los padres cita, en un correo electrónico, que los niños de 8 años no podían entrenar en el campo y tenían que hacerlo en un «patatal» anexo. Otro ejemplo, en el sorteo de la Copa en esa categoría (al que, denuncia, la Directiva no asistió) les cayó jugar lunes, martes, miércoles, viernes y sábado… «son ejemplos, pero se entiende» El caso es que uno de los chavales sí consiguió la carta de libertad; eso sí, yéndose a jugar al San Tirso de Mabegondo… Otro cambió el fútbol por el apasionante mundo de hockey; y el otro es Eduardo… el hijo de este señor que con tanta ironía montó la que montó con su «carta a los Reyes Magos».