Puede ser uno de los edificios más conocidos de Oleiros; y a la vez uno de los más desconocidos.
La Capilla de Santaia de Lians; escenario de películas, teleseries, novelas y multitud de bodas ‘cuché’ en los úlitimos años.
Una joya para los fotógrafos, fácil aparcamiento, un entorno de ensueño… son las razones que da su párroco: José Carlos Alonso.
Por esta iglesia han pasado las cámáras de Gustavo Ron en la película mediometraje (42min) ‘Godspeed’ (literalmente, La Velocidad de Dios, o algo así).
No sé si fue su debut cinematográfico; lo que está claro es que alcanzó el estrellato con la serie de Video Voz ‘Padre Casares’; que emite la TVG.
Todo ello salpicado con saltos a las portadas ‘rosa’ cada vez que hay un bodorrio de cierta cuna. Los últimos, la Miss España Estíbaliz Pereira.
La obras arreglarán suelo, techo y paredes… o sea: todo. El edificio tiene goteras, filtraciones y los muros empapados y, por zonas, muy deteriorados.
Sus piedras desaparecerán )dejarán de verse, queremos decir) porque sus muros se van a encalar. Como debe ser… y lo sentimos por los entusiastas de la estética ‘turrón de almendra’.
Todo en un plazo record: para primavera tiene que estar lista para embellecer las bodas de los afortunados que puedan contraer matrimonio (católico) entre sus muros.
Pero la historia, esta vez sí, con final feliz; empezó mal y pudo haber acabado muy mal. El Concello amagó con multar al Arzobispado por abandonar el edificio a sus suerte. Alcaldía envió una carta que dos meses después permanecía sin respuesta; y Gelo explotó.
A partir de ese momento, gracias sobre todo, a su párroco José Carlos alonso, que aparece hoy en la prensa, no se sabe si abriendo o cerrando; el proyecto fue hacia adelante y, con el necesario consentimiento de patrimonio de la Xunta de galicia, pues es un edificio catalogado; comienzan las obras de reparaciópn a las que seguirán, seguro, las de restauración de muchos de sus enseres interiores.
La siguiente, el Templo de Sam Pedro de Nos; que también presenta un estado de conservación próximo a lo lamentable, pese a no tener ni 100 años de antigüedad.