Lo leíamos en La Opinión de A Coruña el lunes.
PRAEMO es el acrónimo del Programa de Refuerzo y Apoyo Escolar Municipal de Oleiros.
Un plan rabiosamente nuevo lanzado por la Concellería de Educación para que cualquiera que necesite refuerzo escolar «de pago» pueda obtenerlo.
La cuenta está clara: menos profesores, menos recursos, menos horas… enseñanza de una peor calidad. Alumnos que podrían ser muy buenos no lo son tanto y muchos de «los del montón» condenados al fracaso y al abandono.
Los padres, aunque quieren, tampoco pueden. Muchos no llegan, ni de lejos, a los conocimientos de sus hijos. De ellos, mayoría son los que no pueden pagar un refuerzo profesional.
¿Qué hacemos entonces? Pues lo primero, ir a la huelga el próximo 24 de octubre… porque no hay derecho que suceda esto. Pero… ¿y el 25 de octubre?
Entonces surge la propuesta. Voluntarios de todas partes se las compondrán para intentar ofrecer ese refuerzo. ¿Qué voluntarios? Pues todo el que quiera… y de momento no faltan: profesores de los colegios, estudiantes o recien licenciados que deseen ganar experiencia, cualquiera que quiera echar una mano a condición de que se esfuerce en hacerlo lo mejor que pueda.
Insisten en el tema de la coordinación. Los colegios propondrán alumnos y necesidades; y serán los encargados de evaluar los avances del programa. También colaboran los que participaron en las pasadas ediciones de la «Escola de Pais e Nais». Suena bien!
Pero aquí aparecen los otros peros.
El mismo artículo arranca con eso de los «precios simbólicos» e, incluso, subvencionados por informe favorable de «Servicios Sociais». Hablan de los de siempre… familias con problemas, inmigrantes; gente de las que se entiende que no pueden acceder a este tipo de servicios de manera privada.
La cuenta está clara: «¿cuantos «negritos» o «gitanitos» van a tu academia? Pues eso… no te preocupes: no vamos a tocar a tus clientes».
Pero desde el otro lado, las academias saben muy bien cuánta gente las pasa «canutas» para pagar las pasantías de los niños… Aún así seguro que harían lo que fuera, no ya por «mantener al cliente», sino por sacar adelante a esos chavales; porque ese es su trabajo: eso es lo que hacen, y tratar de hacerlo lo mejor que pueden es lo que les saca de la cama cada mañana.
O ¿qué concepto de «lo privado» tenemos? ¿Lo privado es malo?
Defender lo privado no es «de derechas»… defender lo privado es «de derecho»: de justicia. Aunque en todos los sectores haya excepciones «indefendibles» siempre serán minoría.
Mucho ojo con eso porque tampoco sería buena idea llevarse por delante un sector como este, que desarrolla una labor social innegable y encomiable, a base de ofrecer lo mismo al mismo público en «low-cost» gracias a que no se paga renta, seguros, impuestos ni mano de obra.
La idea es buena. Pero parece mucho más apropiado que tales informes favorables de «Servicios sociais» sirvieran para subvencionar las matrículas y las cuotas de las Academias Profesionales (que ya las hay) en las que trabaja gente, cobra y paga su Seguridad Social.
Y, realmente, si existe una academia que NO piense exactamente lo que se ha dicho hasta aquí… que le retiren la licencia. Por mucho que cumpla su «acceso para minusválidos».