
La prensa se hace eco, hoy, de una «atropello y fuga» de una señal de paso de cebra. Quien se fugó fue el coche que atropelló a la señal. Mas bien su conductor. La señal se quedó allí… mas cerca del suelo que del cielo. Como dato, esta misma prensa también apunta a que una persona definida como «de la Rioja» fue puesta a disposición de los agentes de A Pezoca por gritar y andar a patadas con las puertas de los portales. No sabemos si el detalle de ser «de La Rioja» es una dato importante para la noticia… pero si ellos lo dicen, nosotros también.
Estos hechos se suman a los vividos la pasada semana, cuando una patrulla de la policía local sorprendió a dos «hombres» en actitud sospechosa merodeando las casas de la parte alta de la Praia do Naval. Viviendas que se pasan cerradas la mayor parte del año y sólo son ocupadas de manera muy esporádica y, sobre todo, en verano. Los individuos se dieron a la fuga al ver aparecer a la policía… no sabemos hacia dónde. La Rúa dos Tarreos es un «cul-de-sac»; pero en fin… parece que lo lograron.
El día de Reyes desapareció una bici de un garaje de un edificio de viviendas. Los cacos entraron en el garaje y fueron a por esa bici en concreto. No tocaron nada más. Sabían lo que querían, lo cogieron y se marcharon.
Todo esto se suma a otras muchas tropelías nocturnas en un pueblo en el que (parece) a las 23:00 apagan los semáforos. Nada más lejos de la realidad.
Las pasadas fiestas sorprendieron a un tipo intentando romper la luna de la Farmacia con la tapa de una alcantarilla. Posiblemente el mismo que la noche anterio lo había intentado con una señal de tráfico contra la puerta de una panadería.
Desde las fiestas hasta el final del verano, se contabilizaron cerca de una docena de robos con fuerza. ¿Es todo obra de la misma gente? ¿O coincide que este pueblo es objetivo de todas las bandas?