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Oleiros amaneció embotellado. A las ocho de la mañana un turismo y un camión tuvieron un «encontronazo» en el punto 4.400 de la AC-12… lo que viene siendo, aproximadamente, el medio y medio de A Ponte da Pasaxe. Desde ese momento, el mundo se paró. Los coches pasaban como podían pero uno de los vehículos sinistrados perdía líquidos, lo que unido a la lluvia era un peligro enorme. Se tardó bastante en retirar los vehículos, nadie sabe por qué. El camión se retiró por sus propios medios y tan sólo quedaba un turismo; eso sí, taponando dos de los carriles del puente. A esa hora, las retenciones se notaban más allá de Santa Cruz y de O Carballo. Los usuarios del transporte público (benditos ellos) optaban por caminar. La gente cruzaba A Pasaxe a pie para alcanzar las paradas del Transporte Urbano de A Coruña en A Pasaxe. La coincidencia con otro alcance en la Avenida Alfonso Molina hacía que las retenciones por la AP-9 (el «turrón» más caro del mundo) llegaran hasta el Área de Servicio de O Burgo. No había alternativas. Los vehículos atascados en las tres vías principales (AC-172, Montrove y N-VI) provocaban que los que intentaban incorporarse en los cruces y rotondas no pudieran hacerlo. En lugares tan distantes como el Colegio Cristo Rey, el batiburrillo de coches a las 09:00 de la mñana, ya de por sí intenso en un día normal, se volvía digno de un guión de película de los Hermanos Marx. La gente se preguntaba por qué no se habilitaba uno de los carriles de salida para facilitar el desatasco de Oleiros. La respuesta de la Guardia Civil de Tráfico fue rotunda: «Por favor, no moleste». Tenía razón el agente… bastante lío tenían ya. Pero tal ocurrencia no es nueva y se repite siempre que ocurre un siniestro en estas circunstancias: no hay heridos, no hay problemas, no hay rescates… es una vía limitada a 50km/h (más o menos…); pero cualquier fallo de cualquier conductor puede provocar un problema que, si vemos la agenda personal de cada persona, puede ser grave. Retirados los vehículos siniestrados, quedaba por limpiar la calzada. Los equipos de limpieza no se reforzaron pasadas las 10 de la mañana porque no podían llegar a la zona del accidente. Tuvieron que hacrlo «escoltados» por la Guardia Civil de Tráfico que utilizó un discreto Nissan Patrol para abrirles paso por una Avenida das Mariñas atiborrada de coches. No fue, así, hasta las 10:30 cuando se dieron por limpia la calzada y por abierta la circulación… Pero ojo: mucho cuidado a partir de ahora!