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El Alcalde, en un programa de radio, desveló que al menos dos de los menores detenidos por la Guardia Civil en relación con los robos en Os Regos y otros puntos de Oleiros eran ‘vástagos’ de familias pudientes… de familias acomodadas económicamente y perfectamente integradas en el entorno social. Choca ver como se intenta ‘justificar’ (o ‘comprender’… que no es lo mismo) el delito en el caso en el que detrás exista una ‘necesidad’. Robar siempre es malo. A veces peor cuando se utiliza la extorsión, la amenaza y la violencia. No es peor robar una consola porque tu padre te la pueda comprar. Ni debería resultar tan chocante. No es peor cuando esa amenaza se despliega sobre los ‘iguales’. Sobre los compañeros. Sobre las personas que van a crecer y te van a acompañar toda tu vida por el pueblo. Y tampoco debería resultar tan chocante. Para aclarar estos temas, nos hemos puesto en contacto con varias personas de aquí de Oleiros, que se dedican profesionalmente a guiar a estos chavales en la tormenta de su adolescencia. No podemos dar sus nombres pero sí podemos decir lo que nos comentaron e intentar llegar a algún punto común para entender lo que está pasando. ¿Cómo es posible? ¿Como puede ser que una familia ‘normal’ pueda tener un monstruito en casa y no darse cuenta? «No hay más ciego que el que no quiere ver». En este tipo de cosas influyen un montón de factores que, a lo mejor, pasamos por alto. Son esos factores de los que se habla casi siempre que hay menores implicados; muchas veces se han visto envueltos en situaciones que no les corresponden por edad y que, lógicamente, no son capaces de manejar. Se les pide ‘responsabilidad’ sobre un montón de temas que no controlan. «Numerosos factores desde los padres, el estilo de vida que llevamos, los patrones educativos que ofrecemos, lo que los medios de comunicación y las nuevas tecnologías nos ofrecen (y no sabemos utilizar adecuadamente)». En este sentido es normal que no sean capaces de medir las conscuencias de sus propios actos; ni contra ellos mismos (casos como las fotos #palexqueras) ni mucho menos contra los demás. Está mal generalizar. Habría que ver cada caso en concreto. Pero intentamos ‘comprender’ si la actitud viene impuesta por algún tipo de necesidad. Y aquí tenemos que analizar muy bien lo que entendemos por ‘necesidad’. Se han «escuchado estos días rumores con nombres propios pero a los rumores no hay que darles excesivo valor. En todo caso, el que dice la Voz que lideraba la banda, si es el que creo yo, no pertenece a ninguna familia ‘pudiente’; pero tampoco su conducta está motivada por la necesidad». No por manidos, los motivos descritos arriba dejan de valer. El problema es que los utilizamos para justificar que los niños roben, maten y trafiquen con pornografía infantil; y también para justificar que se coman las uñas o que ‘se salten’ la catequesis. Hablar de la sociedad y de los valores que se emanan de los nuevos formatos televisivos o los videojuegos es ‘excusa’ para casi cualquier tipo de comportamiento. Pero es indudable que «su conducta puede estar motivada por crecer en un entorno desestructurado, en el que probablemente no haya aprendido determinados valores. Probablemente sea un chico que lleva desde su nacimiento una «mochila bien cargada» y no ha desarrollado ni aotocontrol, ni emociones ; seguro que hay ausencia de culpa, que no es capaz de ponerse en el lugar de los otros, es decir que hay un distanciamiento afectivo de los delitos, faltas que comete». Respecto a los otros chicos, pues más de lo mismo pero un poco diferente. «Buscar emociones transgrediendo normas, dejarse llevar por un lider, el desconocimiento de los límites o el no saber asumir responsabilidades y corregir errores». Aquello de que las Normas están para saltárselas. Podemos incluir otros como la prueba de uno mismo. La necesidad de demostrar tu propio valor (coraje) a los demás y a tí mismo. La necesidad adolescente de caerle bien a todo el mundo. Antes ‘el mundo’ podrían ser 15 o 20 seres humanos (incluyendo los propios padres, hermanos…) y, si eso, un perro; ahora el mundo incuye a los amigos de facebook o a los contactos de twitter. También nos hemos enterado de algo que sucedió hace tiempo. Una banda ‘profesional’ asaltó varios inmuebles (cerrados) y hasta el mismísimo colegio del pueblo; de donde robaron un vídeo VHS (¿os acordais?) entre otras varias piezas de museo. Tal banda ‘profesional’ no resultó ser otra cosa que la misma chavalada del pueblo. De hecho, en uno de los asaltos algún testigo ocular (formaba parte del grupo) habla de más de 20 chavales. Eso no es un robo. Es un saqueo. Ojito ahora, pues… cuando vayas a comprar el pan o la fruta; aunque también a la gestoría, al notario o al concejal; porque puedes estar tratando con uno de aquellos ‘profesionales’ del robo.