Todo parecía producto de un malentendido. Pero no es así. Las Comisións de Festas organizadoras de las verbenas de verano están obligadas a solicitar licencia municipal para ejercer su «actividad» como cualquier otra «empresa» o «empresario».
Si el objetivo de esta Lei era el de «convencer» a los miembros de las Comisións de que era necesaria una cierta «profesionalización», a fé de que lo ha logrado… pero les ha llegado tarde. Si muchas convocatorias estaban en el alero, veremos cuantas quedan en pie esta misma tarde.
Unos dicen que son los problemas que ponen los Seguros a la hora de contratar; que exigen la mencionada «Licencia». Otros que no tiene nada que ver; que eso no va con ellos. Todos insisten en que es absolutamente inviable organizar la fiesta cumpliendo la Lei… y no sólo por los costes.
Y es que no es sólo conseguir un proyecto medioambiental que mida el ruido o contratar a una empresa de control que verifique que las medidas se toman y los niveles no se superan. Es que 40dBA no dan ni para pedir los cubatas «susurrando». Con especial atención a zonas que pueden contar con «protección especial» como los centros de salud.
Las exigencias van desde un proyecto técnico, estudios de impacto ambiental, mediciones de ruidos, contar con personal preparado y con formación «certificada» para ejercer sus cometidos, planes de emergencia, presencia de seguridad y de atención sanitaria… ya no es sólo el permiso del Aeropuerto para tirar cohetes o el de la guardia civil para poner la Panorama «cerca» de una carretera donde su monstruo pueda maniobrar.
Evidentemente, a las parrillas no puede haber sólo «voluntarios»: tiene que haber «parrilleros». Y los voluntarios no pueden ser «sólo» vecinos luciendo la camiseta de la Comisión… tienen que tener cierta formación para actuar de una determinada manera antes situaciones «previsibles»… de acuerdo con el grado de probabilidad que estas tengan de suceder: un incendio, una caída, una tormenta, una descarga eléctrica.
Por otro lado, aunque las Comisión encuentren «técnicos» con la tendencia suicida necesaria para firmar todo eso sin sufrir un infarto… queda rezar para que no pase nada; y, de paso, abonar los honorarios de unos y de otros.
¿Soluciones? Varias. ¿Una?: que sea el propio Concello quien «organice» la fiesta en cuestión; porque el Concello no tiene que solicitarse y concederse licencia a sí mismo… pero eso lo le exime de cumplir todo lo que está escrito en el articulado; que, por otro lado, para un Concello es lo más normal.
El Concello de A Coruña realiza y ejecuta ese planeamiento todos los años varias veces con el Noroeste Pop Rock o con otras muchas actividades que organiza en la playa; entre ellas, la del San Juan de dentro de dos semanas.
El Concello de Oleiros ya lo hizo con el Concierto de Mike Oldfield en Santa Cristina; eso sí, contando con el apoyo de todos los medios a su alcance: policía, bomberos, emergencias, 061, 112 y mucho personal contratado y formado para ese evento en cuestión; en el que, dicho sea de paso, tampoco había parrillas, camiones ni «fogueteiros»… y todo con un presupuesto que, redondeando, pudo alcanzar los 500.000 euros.
¿Vale la pena un «curso de voluntario festeiro» en la programación del Centro de Formación para el próximo año?
Bertita Villares García
Menuda novedad….
Pablo DeMiku
Sinceramente, si desaparecen la fiestas tampoco va a pasar nada, hay cosas más importantes!!! Hasta los h… del ruido, de las comisiones pidiendo dinero puerta por puerta, etc…
editor
Te dejo una foto de una concejal «dándoles la vuelta» a los chorizos sobre la parrilla… si te vale 😉
https://oleiros.tv/2013/07/28/campeonato-de-oleiros-y-rabadeira-de-patinaje-de-velocidad/
Luis Fernández
Cumplir con la ley… Nepotismo, transparencia, ética, apego a la poltrona, manipulación de todos los medios para fines electoralistas. Que hagan un curso para poder manipular a los «Chorizos» yo me apunto.