ADOLFO PONTE | DeCINE
Muchas son las razones para acercarse a disfrutar de esta película. Este documental es sin duda un proyecto emotivo. Es el mensaje de amor de una pareja de hermanos a sus padres.
Actores de teatro en la época fundacional de las artes escénicas en la Galicia del tardofranquismo. Un movimiento que se recoge en los libros como “O novo teatro galego”.
A través de la historia de este matrimonio de artistas conocemos las compañías, las primeras representaciones, el trabajo de una generación por recuperar y contribuir a la difusión de nuestra cultura en las artes escénicas.
Resulta interesante ver a reconocidos actores, hablarnos de los comienzos de sus carreras. El espectador comprenderá también que el desarrollo de un tejido cultural es una labor de décadas y de constancia. En ocasiones de resistencia a fuerzas como la globalización o las crisis económicas que nos obligan a concebir la vida bajo el prima del utilitarismo inmediato.
La propia producción del documental, que tuvo que recurrir al crowndfunding (la financiación colectiva y desinteresada de un grupo de ciudadanos) para poder realizarse, a falta de apoyos institucionales, ejemplo del estado depauperado de los organismos oficiales pensados para soportar y desarrollar el sector cultural. Una falta de apoyo que se traduce incluso en la ausencia de empuje para dar visibilidad a esta película.
“O que hai que facer para non ir ao mar”, es una historia nuestra, de Galicia y de la región de Coruña. De los ciudadanos que amaron el teatro y que se esforzaron por mantenerlo, en la época de nuestros abuelos, en tiempos aún más grises y duros que estos que vivimos actualmente. De una generación, la de nuestros mayores, que merece la pena recordar. Su ejemplo es de lo más importante que nos queda. Historias humanas de gentes apasionadas por el teatro.
Siempre son hermosas, las historias de nostalgia, siempre es bonito que unos hijos recuerden a sus padres.