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Fue la víctima de nuestra broma de los Santos Inocentes. Y nos echaron en cara que sí… que como broma está bien, pero que detrás hay un problema muy serio que conviene no frivolizar. La noche de navidad, medio centenar de energúmenos se enfrentaron a dos policías municipales que habían acudido a la puerta de unbar alertados por el 112; a mediar en una pelea. La pelea fue motivada por los celos. Es causa… pero no razón. 50 personas en una pelea por celos no cabe en la cabeza de nadie. Ni en ‘Bodas de Sangre’ hubo semejante ‘casting’. El problema serio A nuestro modo de ver, sí existe un problema en Santa Cristina. Y sí que es serio. Pero entendemos que se plantea de un modo equivocado. El problema de Santa Cristina no es de inmigración ni de normativas ni de su presunto incumplimiento por un puñado de garitos. El problema de Santa Cristina es un problema de su sector hostelero. Y es un problema de ‘balance’. Lo que necesita Santa Cristina no es mano dura ni un tira y afloja con la poca hostelería que queda. En Santa Cristina, hace 20 años, no se podía caminar por las aceras ni a las tantas de la mañana. La normativa y la mano dura acabó con eso. Los miles y miles que acudían noche tras noche a ‘difuminar’ la mala reputación de aquellos que eran como ahora son este medio centenar, desaparecieron una madrugada. El medio centenar aún está. Y aquí permanecerá para siempre. Porque la noche es canalla y el escenario favorito de los crápulas. La mano dura y el estricto cumplimiento de la normativa crean gettos (como ‘la marcha’ de los Ronda de Outeiro o los ‘after’ de Joaquín Baamonde) de los que es muy difícil expulsar a los pocos que se quedan para siempre. Los que ya estaban cuando sólo eran un 10% ‘asumible’ de la tropa general… y ahora suponen la triste realidad del día a día. Santa Cristina, lo que necesita, es un terciario que dé sentido a la hostelería que hay y a su enorme potencial de crecimiento. Santa Cristina debe convertirse en ‘alternativa’ a la hora de que las empresas elijan dónde ubicar sus oficinas. Quizás no en alternativa a Sánchez Bregua pero sí a la Grela. Santa Cristina necesita oficinas, profesionales y clientes. Y esto… ¿cómo se consigue? Ay! eso ya es otro cantar Por proponer, proponemos crear una imagen de marca para Oleiros. Una marca que atraiga proyectos empresariales, al menos, con futuro. Ser algo así como aquella urbanización de casas con ‘garaje’ alrededor de Stanford que con el tiempo se convirtió en Silicon Valley. ¿Cómo llegar a esos que están ahora (en este preciso momento) dándole vueltas a la idea que revolucionará los próximos 20 años? Belleza, encanto, facilidad de comunicaciones, infraestructuras no faltan. Un entorno idílico que puede venderse como alquiler de veraneo o de oficinas para proyectos emprendedores… esa es la elección. Lo primero fue pan para ayer y hambre para hoy.

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  1. Bitacoras.com

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