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Nos hemos puesto en contacto con expertos medioambientales que han valorado con cierto reparo la posibilidad de un dragado en la Ría do Burgo.
La respuesta a tus preguntas es: no lo sé. Y ese es el problema, que nadie, o muy poca gente, lo sabe. Y en todo caso ha sido muy vagamente explicado. El estado de la ría es obviamente malo, lo que se refleja en la contaminación por aguas residuales y en el problema de los lodos, y lo peor que se puede hacer es afrontarlo de una manera cortoplacista o sesgada.
Es obvio que existe un problema de desinformación general. Intoxicación informativa y visión a corto plazo no son el mejor contexto para tomar este tipo de decisiones. Además, se denuncia que el problema de los lodos está sin estudiar en un alcance más amplio.
El problema de los lodos es serio. Para empezar, no se conoce su composición tras décadas de vertidos químicos por parte de la Cross y de Bunge. Se habla en algunas publicaciones de niveles de contaminación muy altos de Cobre, Plomo y Zinc (está pendiente, o al menos yo no conozco los resultados, el estudio de la composición de los lodos). En estas condiciones, la remoción de los lodos, si no se hace muy cuidadosamente, podría suponer la movilización de la carga contaminante, actualmente confinada y estabilizada en las capas inferiores y su integración en el sistema, dinámica de la ría, cadena alimentaria, etc. Además, hay autores que sostienen que un eventual dragado no serviría para nada ya que la acumulación de lodos se debería a la alteración de la dinámica de la ría por actuaciones del pasado: modificación del régimen hídrico tras la construcción del embalse de Cecebre, urbanización irracional de las riberas de la ría… que modificaron el funcionamiento de la ría provocando la acumulación de lodos. Es decir, éstos se seguirían acumulando después del dragado, y después de gastar el dinero en unos años volveríamos a tener la ría cubierta de lodos.
Otra ventana rota que provocó que, entre todos, acabásemos con el edificio entero.
En este contexto, creo que hay que ser muy cautelosos a la hora de hablar de un dragado, y estudiarlo muy bien. Mi reflexión es que el estado de la ría es consecuencia de unas políticas desarrollistas insostenibles y totalmente equivocadas. Y ahora pagamos las consecuencias.
Toca ponerse a pensar. La ría, obviamente, ahí está… Sólo tenemos que inventar, entre todos, una manera de volver a convertirla en un recurso económico para las familias que alimentaba hace, relativamente, poco tiempo. Gasto sí, pero de manera proporcionada. Eso no es gasto, es inversión. Quizás la ría tenga más sentido como vía de comunicación que como banco marisquero. Y no es dejar de lado a los pocos supervivientes de esa explotación extractiva. Hay que ponerles a trabajar porque ellos son los que mejor conocen la Ría, sus posibilidades y sus vicios. Y cuando decimos ‘los pocos supervivientes’ nos referimos a todos… no sólo a los que tengan ‘carnet’. Para aportar no hace falta pertenecer a Cofradía ninguna.

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