El Puerto de Santa Cruz ha recibido a 4 simpáticos visitantes.
Quizá huyendo de la superpoblación que este año ha habido en la Ría de Burgo, lo que seguramente haya generado alguna lucha por la comida, esta familia a decidido cambiar de residencia y venirse a donde tantos otros querrían.
Santa Cruz, en su condición de puerto refugio, los ha acogido fenomenalmente y ya se les ha podido ver interactuar con la gente; eso sí, sin separarse en ningún momento.
Según algún experto de la zona es muy probable que vengan para quedarse y, aunque Gelo suele reclamar la paternidad en estos casos (recordemos aquella «suelta»); no son de la laguna de Mera, aunque sí es probable que algún abuelo o bisabuelo suyo sí proceda de allí; así que razón tampoco le falta: no hay más que ver la «mala leche» que se gastan con otros bichos del vecindario.
En cualquier caso bienvenidos y a tiempo de pagar el IBI.